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Throwback / #TBT
Throwback / #TBT

El enfrentamiento entre Occidente y Rusia por la guerra entre este país y Ucrania, la alta inflación, crisis del petróleo y temores al uso de armamento nuclear llevan al recuerdo de la Guerra Fría, incluso de las guerras mundiales; períodos históricos que, tal como la pandemia, no esperábamos volver a vivir. Lo cierto es que este conflicto puede prolongarse y más allá de la tragedia humanitaria que ya está siendo, lleva a que riesgos de cola para la economía y los mercados mundiales se hagan cada vez más probables (se muevan hacia el centro de una distribución estadística).

Es aún poco probable una guerra desatada con intervención militar directa de la OTAN y una escalada con peligro nuclear, pero son un riesgo real. Ello en parte porque lo que el gobierno ruso esperaba sería una invasión relativamente sencilla, se convirtió en una guerra complicada principalmente por (i) la resistencia férrea de los ucranianos, militares y civiles, (ii) la gestación de crisis migratorias en los países vecinos (Polonia, Eslovaquia, Hungría, Rumania y Moldavia) y (iii) un alto rechazo a nivel global (incluidos muchos rusos). Las sanciones y bloqueo económicos a Rusia y a los rusos son fuertísimas; sin embargo, el presidente ruso Vladimir Putin hasta el momento no ha dado señales de mayor apertura al diálogo y a lograr la paz, sino más bien se han recrudecido los ataques militares a Ucrania.

Gradualmente vienen aumentando las perspectivas que esta guerra se alargue y agrave, tal como sus consecuencias. Por el momento prevalece un alto grado de incertidumbre y son muchos los escenarios y plazos probables de su desenlace. Pero definitivamente representa un cambio estructural en la geopolítica global y sus liderazgos. China se declaró neutral (Putin probablemente esperaba el apoyo), pero expresando su opción por una salida diplomática y se perfila como la única posibilidad de intermediar un acuerdo entre Rusia y Ucrania (que Putin respete), mientras que Estados Unidos y Europa pierden relevancia en las relaciones internacionales e injerencia en la geopolítica global. Asimismo, y tal como sucedió con la pandemia, esta guerra será un catalizador de tendencias estructurales que están cambiando la manera en que funciona el mundo.

Antes del conflicto, los precios de muchos activos de riesgo se habían corregido, en mayor o menor grado y seguía la recuperación global de la pandemia. La inflación y tasas de interés estaban subiendo y el Fed en Estados Unidos listo para comenzar el ajuste a partir de marzo, con las expectativas incorporando más de seis alzas de aquí a fin de año, lo que sería seguido por el Banco Central Europeo, mientras que el Banco de Inglaterra ya había comenzado. ¿Cómo cambia esto? Probablemente veremos al Fed con una postura menos agresiva en el programa de ajuste monetario y los entes emisores europeos deberán cambiar sus planes para contrarrestar los efectos contractivos de esta guerra en sus economías.

El peso de los activos rusos y ucranianos en los mercados de renta variable globales es bajo: las acciones rusas son menos de 4% del índice MSCI emergente y menos de 1% del de acciones globales y las ucranianas no están presentes. En renta fija tienen algo más de representatividad, con los bonos rusos llegando hasta un 6% del índice EMBI Diversified IG y los ucranianos con un peso de hasta 4% en bonos high yield corporativos del índice correspondiente. Actualmente, dadas las sanciones, las acciones y bonos rusos son intransables. Aunque dichos activos no tienen un peso crítico en los mercados financieros globales, un hecho de tal envergadura y sus potenciales efectos disruptivos generan los movimientos en los precios y la volatilidad que se están registrando en las últimas semanas.

Por el momento no se espera un masivo contagio financiero global. El escenario central para las inversiones cambia por las fuertes implicancias de largo plazo: mayor inflación, menor crecimiento y altos precios de las materias primas. La gravedad de los efectos será mayor para Europa y Europa del Este que están en el centro del conflicto: recesión con profundas contracciones de las economías rusa y ucraniana (ésta última con una enorme destrucción de capital) y altos déficits fiscales, por el aumento en el gasto en defensa y para lograr independencia energética, entre otros. Rusia y Ucrania en conjunto representan una cantidad significativa de la oferta mundial de energía, alimentos (granos) y fertilizantes. En Estados Unidos el impacto económico sería más acotado, al igual que para China.

En la reasignación de activos en este nuevo escenario seguimos favoreciendo las acciones sobre la renta fija, con ajustes intraclase de activo significativas. Además, se aumentó la asignación a oro y caja como protección.

[1] Throwback es una expresión en inglés que se utiliza en las redes sociales para mencionar o etiquetar hechos, eventos o fotos del pasado que se abrevia como #TBT.

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