OUTLOOK 2025: Trump-dependencia
En nuestro Outlook en diciembre 2023 previmos que los factores determinantes para los mercados en 2024 estarían encabezados- en lo económico- por dos pivots o giros. Primero, el de la política monetaria en Estados Unidos, hacia una baja en la tasa de interés de referencia (Fed Funds Rate ) que se recortó de 5.5% a fines de 2023 a 4.75% actualmente. Y luego estaría el giro de China hacia estímulos para reactivar su economía, lo cual se anunció más que materializó y actualmente a fin de año comienzan a verse señales incipientes de recuperación, pero queda por ver si son sostenibles.
Mirando hacia 2025, con un ciclo de política monetaria expansiva (bajas de tasas de interés) que ya se inició en Estados Unidos y cuán efectivas son las medidas de estímulos en China -al igual que este año- los mercados seguirán monitoreando el nivel de actividad. Sin embargo, la contundente victoria de Donald Trump en las elecciones estadounidenses con el sweep republicano (“barrida” republicana) que logró mayoría en las dos cámaras (House of Representatives o Cámara Caja y Senado o Cámara Alta) hace que serán determinantes en las tendencias de los mercados el próximo año los cambios en la política económica. Ello tendría potencial impacto en los ámbitos fiscal, de comercio e inmigración para comenzar, con efectos “secundarios” en múltiples” variables económicas.
El riesgo geopolítico prevalecerá en el mundo el próximo año, aunque con cambio de foco: por una probable definición en la guerra de Ucrania cediendo parte de los territorios a Rusia y una nueva encapsulación del conflicto árabe israelí. Ello implicaría un giro desde guerras armadas hacia las comerciales y económicas.
Las nominaciones de Trump hasta el momento para su equipo de gobierno señalan políticas agresivas en torno a la inmigración y tal como fue anunciado en su campaña. Lo que tiene que ver con el comercio internacional -en general- habría un giro hacia una política más dura en tarifas y usarlas como estrategia de negociación; se repiten algunos nombres que estuvieron en la primera administración Trump.
El nombramiento de Scott Bessent como secretario del Tesoro generó un cambio positivo en la confianza de mercado y en la economía. Bessent manifestó su objetivo en 3 arrows (3 flechas): reducir el déficit fiscal de 6% a 3%, lograr un crecimiento económico de 3% y aumentar la producción de petróleo en 3 millones de barriles adicionales al día (o su equivalente). Principalmente por lo referente al déficit fiscal se disiparon los temores respecto que un gobierno de Trump podría ser poco responsable fiscalmente. Sin embargo, aún faltan detalles sobre las medidas que permitirían lograr el objetivo 3-3-3 de Bessent.
Respecto de otros anuncios para el segundo gobierno de Trump que tendrían impacto en la economía están, primero la creación del DOGE (Department of Government Efficiency), nueva entidad gubernamental destinada a mejorar la eficiencia del Estado: principalmente el tamaño del gobierno y el del déficit fiscal. En segundo lugar, la nominación de Paul Atkins al mando del SEC (Securities and Exchange Commission, regulador del mercado), siendo éste pro-innovación (incluidas las criptomonedas) y desregulación da una señal clara respecto de la dirección económica de la nueva administración.
Por último y una noticia que genera alivio en cuanto a las tensiones comerciales entre China y Estados Unidos, el nombramiento de David Perdue como embajador en ese país. Perdue vivió y trabajó en China y tiene un conocimiento profundo de China, lo cual podría llevar las relaciones entre los dos países a un funcionamiento más pragmático y de menos confrontación. Ello contrasta con las nominaciones previas de Michael Rubio como Secretario de Estado y Michael Waltz de asesor de Seguridad Nacional, quienes tienen una postura más dura respecto de China.
Los mercados accionarios en 2025 tienen el soporte de una actividad resiliente que se mantendría así en Estados Unidos que dará impulso al resto del mundo y en el ámbito corporativo el crecimiento de utilidades corporativas también augura perspectivas positivas. El plan de gobierno de Trump en lo que respecta a menores impuestos y aumentos en las eficiencias debiera llevar a que las ganancias empresariales sean más transversales entre sectores y baje la concentración en los sectores digitales, tecnológicos y ligados a la inteligencia artificial que se ha visto en los últimos dos años (p.e. Magnificent 7 ). Ello debiera traducirse también en sus precios accionarios. Las tasas de interés en Estados Unidos, con el bono del Tesoro en 4% y la curva de tasas de interés normalizándose parecen estar incorporando los fundamentos un crecimiento dinámico e inflación bajo control.
Seguimos viendo debilidad económica en Europa, al igual que en China. La presidencia de Trump generaría reacciones en cuanto a tratar de hacer sus economías más competitivas y amortiguar los efectos de los aranceles que Estados Unidos impondría/subiría.
Diciembre suele ser un mes de un dólar débil y de un mercado accionario fuerte por el rally navideño (Santa Claus´ Rally). Hacia el primer semestre de 2025 el dólar permanecería fuerte, con tasas de interés y crecimiento que lo favorecen relativo a los niveles del resto del mundo. En la medida que se aclaren gradualmente el rumbo del resto de las economías del mundo, sobre todo las más grandes como China, Europa y Japón y éstas estabilicen su trayectoria de tasas, ciertas monedas del mundo, incluyendo las emergentes tendrían potencial de apreciación respecto del dólar.
Para comenzar el año, se adopta una postura constructiva respecto del riesgo
- Crecimiento económico estable,
- Aumentos potenciales de las ganancias corporativas en un entorno que aliviaría los múltiplos de las acciones estadounidenses
- Valores accionarios atractivos en ciertas regiones y sectores
- Abundante liquidez – más de USD 7 tr. en money market –
- Tasas de interés más bajas -en niveles estructuralmente más altos de los mínimos que prevalecieron entre 2008-2021-
- Momentum en los mercados accionarios,