Elecciones en Perú: Esperando lo inesperado
En un resultado inesperado, el candidato izquierdista radical Pedro Castillo se impuso al resto de los candidatos en las elecciones del domingo 11 de abril, por lo que se enfrentaría en una eventual segunda vuelta con la candidata Keiko Fujimori el próximo 6 de junio.
Sorpresa. Contrario a todos los pronósticos que anticipaban una segunda vuelta entre el candidato de Acción Popular Yohny Lescano y el economista Hernando de Soto (Avanza País) o el empresario Rafael López Aliaga (Renovación Popular), los candidatos que representaban una menor intención de voto Pedro Castillo (Perú Libre) y Keiko Fujimori (Fuerza Popular) lograron adjudicarse la cantidad de votos suficientes para enfrentarse en una segunda vuelta el 6 de junio, para que luego el ganador asuma el poder el próximo 28 de julio.
El resultado destaca por un bajo nivel de apoyo a los candidatos ganadores (alrededor de 19% a Castillo y 13% a Fujimori) e implica una segunda vuelta incierta puesto que ningún escenario previo comprendía ambas candidaturas, que se dan en un contexto de marcada polarización y desprestigio de la clase política, en el cual el nuevo Congreso estaría conformado por al menos 9 partidos y mantendría la fragmentación que lo caracteriza hoy en día, lo que conllevaría a un escenario de gobernabilidad compleja. Por su parte, previo a la jornada electoral del domingo, las encuestas indicaban que el mayor temor del electorado consistía en un gobierno marxista como el que levantaría Castillo, y el mayor rechazo a una eventual segunda vuelta lo tenía la candidata Fujimori.
En este contexto, sin embargo, la candidata de centroderecha, que se espera que promueva la continuidad de la política monetaria y fiscal, se perfila como la favorita para ganar la segunda vuelta, debido a que sería capaz de alinear gran parte del resto de las candidaturas de la centroderecha a diferencia de Castillo con la centroizquierda. Este último, quien representa un electorado en señal de protesta por el abandono del estado especialmente en las regiones del sur del país, plantea un programa de gobierno muy intervencionista, en términos por ejemplo de nacionalización de recursos, eliminación del tribunal constitucional, o de impulsar una nueva constitución mediante un cierre del congreso en caso de que sea necesario, por lo que no se proyecta una moderación que le permita alinear a los votantes de Yohny Lescano o Verónika Mendoza, ligados a la centroizquierda electoral.
Con todo, el triunfo de Fujimori no está asegurado, producto de que las próximas semanas la figura de Pedro Castillo podría ganar reconocimiento en la población que aún no lo conocía, y a su característica de personaje alejado de la política tradicional peruana tan criticada por la ciudadanía.
Dado el complejo escenario político, y la igualmente preocupante crisis económica y sanitaria, el riesgo de que se impulsen iniciativas populistas en búsqueda de ganar apoyo público es significativo, lo que también constituye una amenaza para la estabilidad del próximo gobierno.